CÓMO Y DÓNDE SE FORMAN LOS CÁLCULOS RENALES
La mayor parte de los cálculos urinarios (urolitiasis en términos médicos) se forman como resultado de un cambio en el equilibrio natural de minerales y agua en la orina. Están compuestos por sal y minerales presentes en la orina, que se aglomeran y forman pequeños coágulos. Los cálculos no suelen ser más grandes que un grano de arroz, pero pueden crecer hasta varios centímetros de diámetro, y en algunos casos pueden incluso llenar todos los tubos colectores renales.
Pueden permanecer en los riñones o salir del cuerpo a través del tracto urinario. El tracto urinario es el sistema que genera y excreta la orina. Está formado por los riñones, los uréteres (que conectan los riñones con la vejiga), la vejiga y la uretra, a través de la cual la orina es transportada desde la vejiga hasta el exterior del cuerpo. En función del diagnóstico, hay que diferenciar entre cálculos renales, urinarios y vesicales. Los médicos distinguen entre los tipos de sal que compone el cálculo, por ejemplo:
- Cálculos de oxalato de calcio (70-75 %) [1, 2]
- Cálculos de ácido úrico (hasta el 10 %) [1, 2]
- Cálculos infecciosos, por ejemplo, «cálculos de estruvita», compuestos por fosfato de magnesio y amonio (aprox. 10-15 %) [1-3]
Entre los factores que pueden alterar el equilibrio de las sustancias presentes en la orina y que, por tanto, son una causa habitual de los cálculos renales y urinarios, se incluyen los siguientes:
- Ingesta de agua insuficiente, lo cual puede provocar que las sales y los minerales se aglomeren para formar pequeñas piedras. [2, 4]
- Una dieta rica en proteínas o en sodio [5, 6]
- Infecciones frecuentes en el tracto urinario [2, 4]
- Síndrome metabólico, obesidad, diabetes y gota [1, 7-10]
- Un trastorno de la regulación de las glándulas paratiroides (hiperparatiroidismo) [1, 2, 4]
- Cirugía intestinal, bypass gástrico y enfermedad crónica del intestino (enfermedad de Crohn) [1, 2, 4]